No puedo respirar, I CAN’T BREATHE
Oh, no puedo ser
un esclavo
No seré esclavo.
Oh, soy tan
aficionado a la libertad
No seré
esclavo[i].
La historia nos habla de 11 millones de africanos traídos a las Américas hasta la década de 1860, 450 mil fueron enviados a lo que hoy es Estados Unidos.
"No puedo respirar, no me maten"”, “me duele el cuerpo”, “no disparen”, “auxilio”, “no me golpeen”, “no estoy haciendo nada”, “me están lastimando”, “me asfixio”.
Son las palabras de desesperación de negros y latinos, asesinados a manos de la policía estadounidense. Se ha hecho costumbre las escenas de violencia policial en esta parte del mundo. Estos hechos son transmitidos al puro estilo norteamericano corporativista, amarillista, son la crónica roja que les alimenta el rating. Se han transformado en un bucle enraizado en la sociedad.
A esto se suma la impunidad policial bajo el paraguas del Estado norteamericano. Detrás del caso de George Floyd hay miles. Alguien al menos filmó este crimen y, ¿sino? Como en otros tantos casos, la versión policial prima, pero ya vemos que aun con un video en el que se ve a Floyd reducido, pidiendo respirar, se acusa al policía Derek Chauvin, con una larga trayectoria de abuso, como “homicidio involuntario”. Claro, debe ser porque tenía la mano en el bolsillo.
Sin irnos muy
atrás en la historia, estas prácticas fascistas y racistas se han mostrado de
diferentes formas. La segregación racial, la prohibición de matrimonio entre
blancos y negros, baños, buses, cafés y restaurantes para blancos y negros, la
negación de educación a negros en escuelas de blancos, la prohibición de
trabajo en el sector público, etc.
El conocimiento
y financiamiento por parte del Estado, de grupos parapoliciales como el Ku Klux
Klan, que aterrorizaban a la población negra. El extermino de las Panteras
Negras, de los grupos por los derechos civiles y políticos, los asesinatos, las
persecuciones, las desapariciones con el FBI a la cabeza, repartieron droga en
los barrios más pobres, los dividieron, los enfrentaron, los compraron. Así con
toda la disidencia que cuestione el “american dream”.
Y luego, para
combatir la pobreza y la drogadicción que ellos mismo provocaron, empezaron a
llenar las cárceles privadas, de pobres, negros y latinos. EEUU tiene la mayor
proporción de la población encarcelada y se ha constituido en el campeón con el
mayor número de presos en el mundo.
Hoy el fascismo
no se declara, se viste de derecha moderada, de liberales, etc. Con Trump han
tomado alas, aunque con Obama las cosas tampoco variaron. Se niegan a las
restricciones del porte de armas, promueven la caza de inmigrantes
indocumentados, los supremacistas blancos se sienten respaldados, el sistema
les brinda las facilidades, hay grupos armados plenamente identificados como
fascistas que hasta organizan protestas.
No solo es un
tema de raza, es un tema de clase.
El problema va
más allá de la supremacía blanca, de la violencia policial contra el pueblo
negro y latino. La cuestión es estructural, es la desigualdad, la acumulación
de riqueza, la guerra contra las drogas…ese problema tiene nombre y es
capitalismo y dentro de este, el racismo, la homofobia, la misoginia.
Tomando la frase
de Angela Davis, imagínense por un instante lo que significa ser negro y ser
pobre. Tienes tres veces más posibilidades que te detenga la policía, que te
registren, que recibas disparos de la policía. Pero significa también que tiene
menos posibilidades de estudiar, de acceder a salud, y más posibilidades de
desempleo y pobreza.
Hay que quemarlo
todo y romperlo todo. Mas de 400 años de diferentes formas de lucha y siguen
contando los muertos, como decía una manifestante en Minneapolis. Pero como la
dialéctica nos enseña nada es estático, la conciencia y el nivel de lucha del
pueblo negro y latino, de los pobres que se revelan ha cambiado, van
encontrando el camino, las formas. Es una lucha contra el racismo, pero el
fondo debe ser una lucha contra el capitalismo.
El “NO PUEDO
RESPIRAR” es George Floyd, pero también es el reclamo de una sociedad sumida en
la exclusión, no puedo respirar es, ser perseguido por ser negro, latino,
indocumentado. I CAN’T BREATHE es, no tengo alimento ni trabajo. No puedo respirar es, mi
amigo, mi hermano fue asesinado en manos de la policía. No puedo respirar es,
el racismo estructural contra las comunidades negras, latinas. I CAN’T BREATHE,
es una vez más la impunidad para la policía, es la justicia aplastándote. NO
PUEDO RESPIRAR, es la policía golpeandote y el Estado asaltando los
bolsillos de los pobres. I CAN’T BREATHE, es NO MAS CAPITALISMO.
NO PUEDO RESPIRAR, el capitalismo me asfixia.
Estados Unidos
tiene a su propio pueblo golpeando las puertas de la Casa Blanca, tiene gritos,
tiene rabia contenida y una sed de justicia que no será tan fácil de apagar
como ayer. En varios Estados de este
país, la lucha por justicia que ha emprendido la población es un poema, ojalá
que la gran vela que se encendió en el comisariato de Minneapolis no se apague.
Finalmente, como
paso en Ecuador, en Chile o en Colombia, buenos alumnos de los Estados Unidos,
se está usando el calificativo de terroristas contra los manifestantes. Bueno,
no es la primera vez, son expertos en desprestigiar y tergiversar las
protestas. Se viene la militarización, el toque de queda. Los ojos del mundo
ahora miran asombrados estas muestras de hartazgo, en una sociedad que ha
soportado sobredosis de propaganda, de la parafernalia de lo absurdo y del
espejismo de democracia y libertad.
“La historia de
los negros estadounidenses desde 1619 hasta la actualidad ha sido una historia
de protesta” [ii]. La lucha no es lineal, tiene altos y bajos, avances y
retrocesos, pero en cada proceso, el pueblo va aprendiendo, va remendando aquí
y allá, va coordinando mejor, va encontrando las salidas e identificando en
donde hay que golpear para romper las cadenas de esta esclavitud capitalista.
I CAN BREAK.
[i] Women Race and Class, Angela Davis
[ii] Philip Foner, 1970
PUBLICADO en https://kaosenlared.net/no-puedo-respirar-i-cant-breathe/
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