Dayuma Ecuador - Karla Calapaqui

Mi diosa humana Por Dayuma. Mi diosa humana tenía un siglo hasta hoy, después de huir de la guerra echó raíces en estas tierras, guardó su misterio en su corazón de guerrera y se lo llevó. Si, mi diosa humana, Emprendió mil batallas desde niña, resistió la inclemente mirada de la sociedad, caminó descalza, le dibujó tatuajes a la vida. Se levantaba al alba, se vestía y peinaba su larga cabellera, debía ponerse bonita, así decía. De ella heredé lo fuerte y tierna. Me quedan sus cuentos, me queda el dulce regazo que desde niña sentí, me quedo con la película detenida de su mirada por la ventana, y ese delicioso olor a café que bebía en la taza de loza despostillada. Quito, 2013

Hoy quiero compartir este poema producto de un fulminante encuentro de amistad. Poema que creo que ya no le pertenece a su creador, es mio y quiza no tan mio, ya es de quien lo necesite. Gracias a mi amigo Carlos Hermida, no merezco tanto. Madrid, 29 de abril de 2013. Más allá, tras un inmenso océano de azules aguas, vive Karla, la estrella que ilumina la geografía ecuatoriana, diamante, mineral, belleza, generoso corazón, luz de futuro, radiante aurora. Las rojas banderas se inclinan a tu paso, saludan tu presencia de esfuerzo y lucha, de humanidad trabajadora. Y aquí, en esta orilla del océano de plata, te veo en los jardines, en el cielo, en las calles y en las plazas. A KARLA Cuando este tiempo aciago sólo sea un vago recuerdo, una página de historia que enseñarán los maestros. Cuando no exista el miedo, cuando la palabra venza al silencio y la luz de la patria nueva ilumine todos los senderos. Cuando seáis libres recordad a los