La deuda del Estado ecuatoriano con los Derechos Humanos.

Por Karla Calapaqui Tapia

El 10 de diciembre se conmemora el día de los Derechos humanos, fecha en la que la Asamblea General de las Naciones Unidades adoptó la declaración Universal de los Derechos Humanos en 1948. Màs que una fecha, los Derechos Humanos son una cuestión de dignidad humana, es el derecho a tener derechos.  En un mundo donde prima el capital por encima del ser humano, el goce efectivo de estos derechos es una lucha diaria de los pueblos.

Ecuador llega a este día con una deuda enorme de parte del Estado ecuatoriano, una década de graves violaciones a derechos humanos, represión,  tortura, desapariciones, criminalización, persecución, muertes aún no esclarecidas.  Se violentó los derechos civiles y políticos, la libertad de expresión, de asociación han sido de preocupación de organismos internacionales.


Así mismo los Derechos económicos, sociales y culturales, del cuidado del medioambiente, los derechos de las mujeres, de la diversidad sexual entre otros, se han visto afectados provocando graves retrocesos.

El gobierno del ex presidente Rafael Correa no solo que concentró todo el poder en sus manos, sino que articuló todo un aparataje para silenciar a la sociedad, controlarla, disciplinarla y reprimirla. Afectó buena parte del tejido social, la sociedad organizada resistió y demostró que gracias a la lucha pudo frenar a quien se creía invencible, en estos meses la sociedad organizada ha comenzado a recuperarse.

Pero la corrupción también provoca violaciones a los Derechos Humanos, el país ha quedado marcado con el gobierno más corrupto de la historia, el del ex presidente Rafael Correa. Por acción u omisión se han violado derechos humanos en el Ecuador. 

El gobierno de Alianza País bajo el criterio de “ganamos las elecciones” pisotearon el control ciudadano, modificaron las leyes para perpetuarse en el poder, intentaron eliminar la oposición política y cooptaron los organismos de control para beneficiarse de contratos a dedo, concesiones de áreas estratégicas, secuestraron la justicia que actuó y aún lo hace en favor de los intereses de la corrupción.

El Estado ecuatoriano es responsable por el goce pleno de los derechos humanos, màs de 300 mil millones de dólares se generaron por la bonanza petrolera, pero estos dineros se festinaron. Las leyes, las políticas públicas débiles y manipuladas,  provocaron una deficiente atención en salud, educación, en generación de empleo, de vida digna, de agua potable y otros servicios, afectado a los más vulnerables: niños, niñas, mujeres, personas de la tercera edad.

La impunidad con la que el gobierno de Rafael Correa actuó inevitablemente lleva a la violación a Derechos Humanos, así se produjo más de 850 dirigentes sociales criminalizados, las sentencias fueron políticas como a la maestra Mery Zamora se le impuso una pena de 12 años por “terrorismo”, al ex Asambleìsta Clever Jiménez y Fernando Villavicencio condenados, perseguidos y ahora llevan un grillete electrónico de marca correista. Indígenas de Saraguro condenados a cuatro años, los jóvenes 10 de Luluncoto pagaron con cárcel su osadía de organizarse y participar de una marcha por el agua.  

Las muertes que sucedieron en el correismo y aún no han sido esclarecidas: General Gabela, Bosco Wizum, Freddy Taish, Josè Tendentza entre otros.

Centenares de maestros, médicos y otros servidores destituidos bajo decretos ilegales e inconstitucionales.

Más de 200 maestros y maestras jubilados fallecieron sin recibir su derechos al incentivo jubilar.

Más de 900 casos de abuso y violencia sexual en instituciones educativas, en el periodo 2014-2017.

2261 ataques a la libertad de expresión 

Un millón 700 mil personas perciben menos del salario básico, el 69,7% de esta cifra son trabajadores informales 

338.577 personas se encuentran en el desempleo, de esas el 38.9% tiene entre 15 y 24 años 

Más de 180 mujeres enjuiciadas por abortar.

Miles de jóvenes sin cupo para la universidad.

Mujeres, niños y pueblos afectados por la locomotora minera y petrolera que está provocando desplazamiento interno, etnocidio y vulneraciones a los derechos colectivos de los pueblos indígenas.

La lista es larga, el país requiere verdad, justicia y reparación para que estos hechos no se vuelvan a repetir, para que las víctimas sean reparadas, para que no haya impunidad, para que la corrupción no vuelva a quitarle el trabajo, la educación, la salud, la vivienda, la alimentación, la justicia a miles de ecuatorianos.

El Estado es responsable de la violación de los Derechos Humanos, la sociedad debe exigirle la protección, garantía y pleno goce de los derechos. Todos somos defensores y voceros de los principios, de la ética de los derechos humanos de la sociedad, se presenta un escenario favorable para recuperar la organización y participación social.

El Presidente Lenin Moreno tiene la obligación de acatar las recomendaciones de organismos internacionales como la CEDAW, Comité de Derechos Humanos de la ONU, Comité de Derechos del Niño; escuchar a los actores sociales, impulsar la amnistía a los perseguidos políticos, descorreizar el país, desmontar el aparataje de vulneración a los Derechos Humanos y establecer una comisión que investigue las violaciones en la década pasada: verdad, reparación, justicia, repetición.

Este 10 de diciembre el reconocimiento a los defensores de derechos que resistieron una década nefasta, a los periodistas e investigadores que no callaron, a los estudiantes secundarios del Mejía, Montufar, Central Técnico, entre otros, que dieron ejemplo de rebeldía.  A los pueblos indígenas que marcharon junto a los trabajadores  desafiando al poder y exigiendo sus derechos y a cambio recibieron balas, toletes y cárcel. A la sociedad organizada, al pueblo ecuatoriano que demostró que un aprendiz de dictador no puede con una historia de lucha y resistencia que corre por las venas. 

[1] Fundamedios. Cifras contra la libertad de expresión.
[1] Diario La Hora. El trabajo informal engrosa las filas del subempleo.
[1] Diario El Comercio. Cuatro de cada 10 personas sin empleo son jóvenes en el Ecuador.

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