LA MUJER Y SU PARTCIPACIÓN EN EL PODER


Por Karla Calapaqui

Publicado en la Revista Multipartidaria Agora Democrática:
 http://www.idea.int/americas/ecuador/upload/%C3%81gora-Pol%C3%ADtica-6.pdf

Cada periodo histórico que ha vivido la humanidad ha estructurado una cultura de género expresada en las relaciones, las instituciones, la familia, las normas, y costumbres de la sociedad, es decir, a igual base económica corresponde igual superestructura. El actual sistema capitalista está caracterizado por la desigualdad económica, social, política, basado en la violencia de un grupo minúsculo sobre la mayoría, ha desarrollado prácticas y concepciones inequitativas y de discriminación cultural, de género y etnia. Para superar estas inequidades en su conjunto, se requiere necesariamente de un nuevo modo de producción que progresivamente erradicará estos factores de exclusión.


Género y clase
La actual sociedad dividida en clases sociales antagónicas, determina la vida de una mujer o un hombre, por ello una mujer trabajadora no tiene las mismas necesidades e intereses que una mujer de los sectores de más altos ingresos.

En el capitalismo las mujeres, sobre todo y principalmente las de clases populares, desempeñan una triple carga: el trabajo insertado o informal, en desventaja, discriminación y subvaloración; las labores del hogar; el desempeño reproductivo, etc. A la mujer se le ha relegado labores de casa, el cuidado de los niños, a la reproducción biológica y de su fuerza de trabajo; mujeres sometidas diariamente a una extensa jornada de tareas hogareñas – trabajo que “embrutece” como decía Lenin-, que las desgasta y no le permite desarrollarse como mujer, madre, profesional, estrechando sus perspectivas. Ahí la diferencia con las mujeres pudientes que han relegado el trabajo domestico a personas asalariadas.




Desde el surgimiento de la sociedad de clases, la mujer ha quedado excluida en varios aspectos, como en el acceso al trabajo, a la educación, a la salud, la cultura, la política, etc. Adicionalmente las mujeres, sobre todo trabajadoras y de los sectores populares, han sido excluidas de la historia, uno porque las clases dominantes son las que han escrito sobre la historia y sus personajes y otro, por su condición de clase se les ha negado el papel protagónico en las transformaciones de la sociedad, en la lucha junto al hombre en procesos políticos y sociales.

La mujer junto al hombre de las clases oprimidas han participado en las luchas de liberación social y nacional de los pueblos, las mujeres al igual que los hombres han jugado un papel protagónico en procesos de transformación, de emancipación de sus opresores, de quienes viven del trabajo ajeno, de las guerras de agresión, etc.

La cuestión de género es entonces, un problema de clase, más no una competencia entre hombres y mujeres, es el capitalismo que genera estas desigualdades, es el cambio de este sistema la tarea a cumplir, también desde la perspectiva de género.

La pobreza, la explotación laboral, las humillaciones, la opresión hacia la trabajadora, campesina, maestra, estudiante, ama de casa, comerciante, etc., corresponden principalmente a las clases más desfavorecidas. La cosificación del cuerpo de la mujer, los feminicidios, la trata de blancas, el acoso sexual, la exclusión política y de los espacios de poder, etc., son los “mimos” del capitalismo hacia las mujeres, mucho más notoria a las de los sectores subalternos.

Ya entrando en el tema que nos compete, en esta sociedad, la participación en política de la mujer representa una mínima parte respecto del hombre, por las desigualdades que ya hemos enunciado, y aunque tanto hombres y mujeres tengan un porcentaje igual en la participación política, esto no garantiza la superación de las inequidades.

La participación política de la mujer en el EcuadorEs necesario rescatar el papel de la mujer en los avances, cambios y transformaciones que el Ecuador ha vivido. Manuelita Sáenz, Manuela Cañizares, en la lucha libertaria; Matilde Hidalgo de Prócel como la expresión de la mujer que se abrió espacio para exigir su derecho a la educación y su significación por ser la primera mujer que ejerció el voto. La histórica mujer kichwa Tránsito Amaguaña, en la lucha por la tierra, contra la explotación de los campesinos pobres, en fin mujeres de los sectores populares que fueron parte de las montoneras junto a Eloy Alfaro, etc.

Estas mujeres no enfrentaron al hombre per se, lucharon junto al hombre, contra el colonialismo, por la independencia y la libertad, contra un modelo impuesto, contra lo establecido, por avances en las condiciones de vida de los pueblos.

Cuantas mujeres de las nacionalidades en la CONAIE se movilizaron y se movilizan para exigir ser reconocidos como tales, otras mujeres y hombres que resistieron el modelo neoliberal con paros, huelgas, cierres de carreteras; y recientemente, NOSOTROS: hombres y mujeres, de los sectores populares, en búsqueda de la liberación social y nacional, derrocamos tres gobiernos representantes de la oligarquía.

Fruto de la lucha de los pueblos, de las organizaciones de mujeres y las agrupaciones políticas de la tendencia democrática, progresista y de izquierda, en el Ecuador se ha avanzado mucho en cuanto a derechos de las mujeres, se logró inscribir algunas reivindicaciones en varios artículos de la Constitución de Montecrisiti, pero aún falta por hacer. La desigualdad no se resuelve con normas constitucionales y legales sino con la igualdad económica y social que garantice la plena participación.

En el Ecuador más el 50.44% de la población son mujeres. Actualmente existiría un 65.2% de hombres y 34.8% de mujeres en los gabinetes ministeriales en el actual gobierno; en la asamblea nacional el 32.26% correspondería a escaños asignados a mujeres; y en el poder local el porcentaje de mujeres alcaldesas electas es de 6.3% frente al 93.7% de hombres.

Como vemos la participación de la mujer en estos espacios de poder ha crecido, pero esto no significa necesariamente que quienes representan a la mujer en estos niveles, lleven la agenda de las reivindicaciones de género o de los sectores populares, es decir, nos hace falta conseguir representaciones que tengan una coherencia entre la representación del ser mujer y una propuesta programática de reivindicación de los derechos de los trabajadores y pueblos del Ecuador.

Las participación de mujeres o representantes de nacionalidades en el gabinete ministerial del actual gobierno ¿da por sentado el reconocimiento de género y étnico? o ¿son solo adorno?. Dejamos esta pregunta a la reflexión.

Tenemos número importante en la Asamblea Nacional pero esto no ha desembocado en que la legislatura tenga conciencia de género o leyes que hagan efectivos los derechos de la Constitución a favor de las mujeres.

Las mujeres que están en el gobierno responden a un proyecto político que profundiza las desigualdades, la inequidad y la represión, representan a una clase social que detenta el poder económico y político. Mujeres que finalmente han declinado y han adoptado actitudes represivas y autoritarias con el ejemplo del actual Presidente en contra de la población.

Mujeres que representan el pasado, la partidocracia que tanto dice criticar el régimen y solo para poner unos ejemplos:

Natally Celly una mujer de la derecha, que representa o actúa en función de beneficiar a los grupos económicos, colaboradora de Jamil Mahuad y hoy embajadora del Ecuador en Estados Unidos.

Doris Solis, pragmática con facilidad de cambiar de camiseta de acuerdo a sus intereses, militó en el MPD, PK, PSP, y hoy en Alianza País, ha estado a cargo del Ministerio de Coordinación de la Política desde donde se ejecutan acciones divisionistas del movimiento social.

Marcela Aguinaga como dijo Correa, la “diosa del Olimpo”. La Ministra del Ambiente ha sido quien defiende la política extractivista.

Ivonne Baki, actualmente a cargo del Yasunni ITT. Embajadora del Ecuador ante los EEUU en el gobierno de Mahuad, Ministra de Turismo en el gobierno de Gutiérrez, en fin, otra mujer de derecha.

En cuanto a la designación de Mireya Cárdenas ex AVC, como Secretaria de los Pueblos se demostró que en los hechos fue un barniz de “izquierda” para un gobierno de derecha. Transcribimos textualmente una parte del pronunciamiento público de ex Militantes de AVC y familiares de las víctimas de la violenta represión estatal: “No aceptamos por ningún motivo los pactos que se han hecho y se hacen a nombre de AVC, exigimos que se asuma individualmente esta responsabilidad y que se deje de usar un nombre que no les pertenece. No queremos que la memoria de nuestros hermanos asesinados se enreden con un Gobierno de derecha que violenta los derechos básicos del pueblo ecuatoriano”.

Son mujeres funcionales al sistema, que pretenden dejar intocadas las estructuras de dominación y explotación, que responden a la burguesía y con sus políticas desde el gobierno, actúan en contra de las mujeres y hombres de los sectores populares.

De cómo no ser funcionales al sistema? Ejemplos hay muchos.
Hay mujeres que recogen y defienden las propuestas de los sectores sociales y populares, que plantean alternativas, que desenmascaran a quienes detentan el poder económico y político.

En la Asamblea Nacional la participación activa de Lourdes Tiban, Presidenta de la Comisión de Derechos Colectivos, de Nivea Vélez Asambleísta de Loja, ex Presidenta de la Comisión de Derechos de los Trabajadores, María Molina Asambleísta del Cañar, ex Presidenta de la Comisión de Biodiversidad, las asambleístas Diana Atamaint, Mery Zamora, Magaly Orellana, Cecilia Jaramillo y otras mujeres que han asumido la defensa de los derechos laborales, del agua, de la vida, de los comerciantes minoristas, de los derechos de las amas de casa a la seguridad social, del derecho a la jubilación de la mujer a los 25 años. Mujeres progresistas, patrióticas y de izquierda que se han pronunciado en contra de la criminalización de la lucha social, que han exigido con fortaleza y dignidad la libertad de expresión y pensamiento, que han denunciado la corrupción en el gobierno, etc.

En los gobiernos seccionales las Prefectas Guadalupe Llori de PK y Lucía Sosa del MPD; la presidenta de la Asociación de Mujeres Municipalistas del Ecuador AMUME, y concejala de Ibarra Hilda Herrera, quienes mantienen una alta popularidad, y son un alternativa de gobiernos seccionales que ponen en práctica una administración con mayor participación de los sectores sociales y populares.

En nuestro caso, el MPD, una agrupación política de izquierda, siempre ha estado a la vanguardia en las cuestiones de género, étnicas y culturales. En el Ecuador tuvimos el primer diputado “negro” Jaime Hurtado González, el primer diputado indígena con César Buelva, la primera mujer candidata a la Presidencia con María Eugenia Lima. Toda nuestra trayectoria evidencia coherencia con nuestros principios y programa de gobierno, recogiendo entre otras, las reivindicaciones de las nacionalidades, de los pueblos y de las mujeres.

No basta que los derechos de género, equidad, participación, etc., estén escritos en un papel o en la Constitución, hace falta viabilizarlos, en los hechos, en la práctica diaria. .
El tema de género es una lucha constante y un debate ideológico tanto al interno como hacia afuera, “nuestra tarea es lograr que la política sea accesible a toda mujer trabajadora”, incorporar a un mayor número de mujeres porque aun es insuficiente, es llegar a concientizar que la lucha por los derechos de las mujeres es una lucha política, que contribuye a derrocar el sistema capitalista, porque solo en una nueva sociedad se podrán superar estas desigualdades.

La mujer en el liderazgo de las organizaciones socialesEl actual escenario cuenta con la presencia de mujeres en la dirección de las organizaciones políticas y sociales.

Es así como se han sucedido mujeres al mando de sindicatos de trabajadores, de campesinos, de pequeños comerciantes, del sindicato más grande del país, como es la UNE, con Mery Zamora y ahora Mariana Pallasco, la participación de la mujer en el Consejo de Gobierno de la CONAIE, la Confederación Unitaria de Barrios del Ecuador Cube con Natasha Rojas, la FESE con Lady Morales como presidenta, etc.

Las organizaciones sociales históricamente han sido protagonistas de los cambios en el país y en ellas, las mujeres han sido lideresas y actoras.

Correa y su gobierno se ha ensañado con varias de estas mujeres dirigentas, ha lanzado una campaña de discriminación y agresión política desde el poder. Mery Zamora, actual Directora del MPD de Manabí sufre constantemente el acoso político y el linchamiento mediático, sumado la criminalización de la que es objeto con un juicio por sabotaje y terrorismo.

Todo un poderío ensañado contra las mujeres que defiende los intereses populares y que rompen con los esquemas de mujeres funcionales al sistema y al gobierno.

Las mujeres y el gobierno de Correa
Cabe señalar que el gobierno de Correa al igual que todos los gobierno de la derecha tradicional, en la línea de mantener la opresión, ha incumplido y violentado los derechos de las mujeres trabajadores, maestras, campesinas, de las nacionalidades, etc. Las políticas asistencialistas no han resuelto la pobreza, el desempleo, la redistribución de la tierra y el agua, el salario digno, el acceso a educación, salud, vivienda, ha profundizado la matriz extractivista, en fin a dejado intocado a los ricos en este país, que por cierto han acumulado grandes ganancias, mientras que los y las trabajadoras somos objeto de impuestos, del alto costo de la vida, de sueldos de miseria, de la agresión a nuestra tierra y agua por parte de las transnacionales, etc.

El descontento creciente se extiende al sector femenino, en la pasada consulta popular, la mayoría de mujeres votaron por el NO. En el gobierno de Correa no se ha mejorado las condiciones de vida de las mujeres, si bien hay parches, la doble explotación de la fuerza de trabajo de la mujer persiste así como del trabajador en general. La política antiobrera del régimen ha pasado por encima de mujeres embarazadas protegidas por la Constitución y otras tantas dentro de las recientes más de 5 mil “renuncias obligatorias”.

En el Magisterio existen 130 mil maestros con nombramiento y 54 mil a contrato –con una inestabilidad laboral no resuelta por el gobierno-, es decir alrededor de 184 mil maestros y maestras en todo el sistema educativo. El 70% de la totalidad de maestros, son mujeres que se convierten en un sector vulnerable en relación a problemas de salarios, de derechos, de condiciones de equidad. Con el incremento de la jornada laboral, la maestra ha sido sensible a problemas de salud, desgaste biológico, emocional debido a la preocupación por sus hijos y su familia. Una sobreexplotación de las horas de trabajo sin que se haya incremento de los salarios.

Según Mariana Pallasco, Presidenta Nacional de la UNE, la infraestructura escolar al no tener condiciones adecuadas está generando afectaciones de salud en alrededor del 70% de maestras con faringolaringitis, afectación cuerdas vocales, niveles elevados de estrés, enfermedades de la diabetes, presión alta, artritis, por permanecer gran parte del día paradas.

El balance es negativo en cuanto a leyes a favor de las mujeres.

En lo que tiene que ver al acceso a la educación persiste un 7% de analfabetismo en la gran mayoría, mujeres. En salud la crisis que se desató con las decenas de neonatos muertos nos dejan sin palabras.

Hoy el Consejo por la Igualdad -no se sabe de quién-, esta cooptado por el gobierno, a su servicio y no al de las mujeres; la actual administración está cada vez más lejos de conocer lo que necesitan las mujeres cuáles son sus propuestas y voces.

La criminalización de la lucha social y el linchamiento mediático se ha ensañado también contra mujeres como Mónica Chuji, Mery Zamora, Guadalupe Llori, Nivea Vélez, Lourdes Tiban, etc.

Vemos como se proyecta un estado policiaco con un conjunto de reformas al Código Penal que hacen gala del oscurantismo y conservadurismo y una reafirmación patriarcal, que implica un retroceso en cuanto a los derechos establecidos en la Constitución y la declaración universal de Derechos Humanos.

Entonces ¿qué es lo que se está cambiando?, la forma de explotación y opresión acaso?.

En agenda están la jubilación a los 25 años de servicio, la cobertura en afiliación al IESS para las amas de casa, el empleo, el alto costo de la vida, etc.

¿Qué debemos hacer?
Entender que la lucha por los derechos de la mujer tiene que estar vinculada con el objetivo de echar abajo el sistema de desigualdades y que los trabajadores y pueblos debemos construir un nueva estructura económica, política y social, hacia una vida de justicia y libertad

Debemos reivindicar los derechos de las mujeres consagrados en la Constitución, exijamos su cumplimiento.

Los proceso de unidad que vive la izquierda ecuatoriana, requiere del necesario impulso de una coordinadora de Mujeres que permita articular a las organizaciones de mujeres en su lucha por reivindicaciones y por una mayor participación política como una vía hacia el ejercicio del poder y la adopción de decisiones, que pueda concretar acciones nacionales y locales y que tenga bajo el brazo una propuesta transformadora, revolucionaria.

Los hombres y mujeres ecuatorianas con decisión impulsaremos acciones en perspectiva del 2012, que será un año de éxitos para la lucha social. Las mujeres nos abriremos paso ante la cotidianidad del trabajo invisible y nos verán presentes en la lucha por el agua y la tierra, por la vida, por los derechos laborales, en las huelgas, en las movilizaciones, por la educación y salud gratuitas y de calidad, por resguardar a nuestras familias de la crisis capitalista, nos verán haciendo historia junto a los hombres, para transformar esta oprobiosa realidad.


Datos obtenidos en:
·
www.inec.gob.ec,

·
www.cepalstat.org

· http://www.ipu.org/

ARTICULO PUBLICADO EN LA REVISTA AGORA DEMOCRATICA Marzo 2012

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